Es por todos sabido que la sal se asociada a sabor, a vida, a alegría. Da un toque especial a los platos en los que se añade y su ausencia es muy pronunciada cuando no se utiliza. Ahora bien, debemos tener en cuenta que no es oro todo lo que reluce y que su consumo, si se hace en exceso, puede tener consecuencias sobre nuestro organismo.
La sal marina es un condimento que se utiliza en alimentación y que está formado por cloruro de sodio. Nuestro organismo utiliza este cloruro para trasmitir los impulsos nerviosos o para que los músculos respondan ante los estímulos, entre otras cosas, como la regulación de los fluidos extracelulares. Pero, ¿qué pasa si consumimos sal en exceso?
Los efectos de un excesivo consumo de sal
El consumo de sal va más allá del simple aderezo de las comidas. Y es que la sal está presente en la inmensa mayoría de los alimentos y, sobre todo en los procesados, en cantidades impresionantes. Las patatas fritas de bolsa, los embutidos, los alimentos ultra procesados…por norma general, todos contienen un alto contenido en sal que ingerimos casi sin darnos cuenta. Así que te recomendamos que prestes más atención a los ingredientes de los productos que compras y observes su contenido en sal para intentar reducir su consumo.
Como prácticamente todo en la vida, siempre es mejor con moderación. Si consumimos sal en cantidades superiores a lo debido, nuestro organismo puede experiementar las siguientes consecuencias:
- Aumento de peso: como lo lees. La sal provoca retención de líquidos y esta, entre otras cosas, hace que aumentemos de peso. Además, esa sal de más hace que deseemos comer más alimentos grasos y poco saludables que, sin duda, son uno de los motivos de aumento de peso.
- Sensación de hinchazón: al hilo de lo anterior y si estamos reteniendo líquidos, es normal sentir esa molesta sensación de estar hinchados. Lo más frecuente es que se manifieste a nivel estomacal, pero en casos más graves también se pueden ver afectadas las extremidades, llegando incluso a provocar dolor y pérdida de movilidad.
- Aumento de la tensión arterial: la ingesta de sodio en grandes cantidades puede provocar que aumente la tensión arterial, lo que puede derivar en una gran variedad de patologías de diversa consideración, que van desde dolores de cabeza hasta accidentes cerebrovasculares, infartos o problemas renales.
- Dolores de cabeza: estrechamente ligados con lo anterior, aunque no siempre se deben a aumento de la tensión arterial, si se consume más sal de la recomendada, es probable que se padezcan dolores de cabeza que, en ocasiones, pueden llegar a ser limitantes para llevar a cabo nuestros quehaceres cotidianos.
- Deshidratación: es uno de los efectos más inmediatos de un alto consumo de sal, pero también de los más desconocidos. Al poco de consumir alimentos ricos en sal, como aperitivos, nuestro cuerpo está sediento, debido a que el aumento del nivel de sodio hace que las células tengan que esforzarse más para diluirlo. Es importante no saciar esa sed con bebidas como refrescos, que también contienen sal, ya que el efecto puede ser todo lo contrario y tener nefastas consecuencias para la salud.
- Problemas cutáneos: uno de los más visibles es el acné, pero la salud de la piel se manifiesta de otras muchas maneras. Esa deshidratación que comentábamos en el punto anterior también afecta a la piel, que es el órgano más grande de nuestro cuerpo y requiere de una buena hidratación para estar saludable.