La pasta es uno de los alimentos más versátiles que existen ya que, además de ser muy nutritiva y bastante económica, se puede preparar de mil maneras y es perfecta para todas las épocas del año. Ya sea fría o caliente, la pasta se puede tomar como acompañamiento o plato principal y admite todo tipo de aderezos y aliños, desde carne o pescado hasta quesos y verduras, con un resultado siempre delicioso.
El origen de la pasta Alfredo.
Este delicioso plato es originario de un restaurante de la capital de Italia llamado Alfredo alla Scrofa, que recibió el nombre de su propietario y, a su vez, se convirtió en el nombre de esta receta de alcance internacional.
La receta original se elaboraba solamente con queso parmesano y mantequilla, a los que posteriormente se les añadió nata para cocinar o crema de leche, para que quedara más jugosa. En su origen, datado en 1914, la receta era de fettuccini al burro (con mantequilla), pero el chef Alfredo modificó el plato con tal éxito que acabó recibiendo su nombre.
El salto internacional de la pasta Alfredo.
Aunque es un plato conocido en prácticamente todo el mundo, en Italia no lo es tanto como cabría esperar. Y es que la receta de la pasta Alfredo cruzó fronteras gracias a dos actores de Hollywood, Mary Pickford y Douglas Fairbanks, acudieron a comer al Alfredo alla Scrofa y quedaron fascinados por el plato.
Se llevaron la receta con ellos al otro lado del charco, donde tuvo tanto éxito que se convirtió en un plato imprescindible en cualquier restaurante de comida italoamericana. Incluso los descendientes del Alfredo original llegaron a expandirse de tal manera que abrieron un local, el Alfredo’s, nada más y nada menos que el emblemático Rockefeller Center de Nueva York.
Las diferentes variantes de la receta.
Con el paso de los años, la receta se ha ido modificando con la adición de diferentes ingredientes para adaptarla a todos los gustos. Dependiendo de quién y dónde se prepare, podemos encontrar pasta Alfredo con ajo y perejil, huevo, verduras, marisco o pollo.
Algunas de las versiones utilizan bechamel para obtener una salsa con más consistencia, mientras que en otras se utiliza crema de leche para aportar una mayor cremosidad e hidratación a la pasta. También las hay que añaden caldo o vino blanco para que la salsa quede más líquida.
Una elaboración rápida y sencilla.
Una de las principales ventajas de la pasta es la rapidez con la que se prepara, además de que normalmente gusta tanto a grandes como a pequeños. Si bien es cierto que la receta original de pasta Alfredo estaba elaborada con fettuccini, la salsa sirve para aderezar cualquier tipo de pasta, ya sea corta o larga.
En tan solo unos minutos puedes tener preparado un delicioso plato de pasta Alfredo. Mientras se cuece la pasta, puedes ir elaborando la salsa. Como hemos comentado anteriormente, se le puede añadir gran cantidad de ingredientes, al gusto.
La mantequilla y el queso son dos de los indispensables para conseguir un buen plato de pasta Alfredo. Partiendo de esta base, ya podemos añadir lo que más nos guste. Un toque especial que nos encanta es con un poco de ajo bien picado rehogado en la mantequilla, que añade un plus de sabor. Así queda perfecto como acompañamiento de carnes o pescados.
Y si quieres que tu pasta Alfredo sea un plato principal completo y lleno de nutrientes, puedes añadir unas gambas o un poco de pollo y un chorrito de leche o vino blanco. Así la salsa quedará más líquida y será más fácil mezclarla con la pasta.