Pollo al Chilindrón, como lo hacía mi abuela

El aroma inconfundible del pollo al chilindrón siempre me transporta a la cocina de mi abuela. Aquel rincón acogedor donde el fuego lento y la paciencia eran los ingredientes secretos que convertían cada plato en una obra de arte. Su receta, heredada de generación en generación, no solo era un deleite para el paladar, sino también un símbolo de reunión y tradición familiar.

Un poco de historia

El pollo al chilindrón es un plato tradicional de la gastronomía aragonesa y navarra en España. Se caracteriza por su salsa a base de pimientos, tomate y jamón, ingredientes típicos de la cocina de estas regiones. Aunque su origen es humilde, su sabor intenso y reconfortante lo ha convertido en un clásico de la cocina española.

Ingredientes:

– 1 pollo troceado

– 1 pimiento rojo

– 1 pimiento verde

– 1 cebolla grande

– 3 dientes de ajo

– 4 tomates maduros (o una lata de tomate triturado)

– 100 ml de vino blanco

– 100 g de jamón serrano en trozos

– Aceite de oliva virgen extra

– Sal y pimienta al gusto

– 1 cucharadita de pimentón dulce

– 1 hoja de laurel

– Caldo de pollo (opcional, si se desea una salsa más líquida)

Preparación:

1. Dorar el pollo:

En una cazuela amplia, calentamos un chorro generoso de aceite de oliva y doramos los trozos de pollo hasta que adquieran un color dorado. Retiramos y reservamos.

2. Preparar el sofrito:

En la misma cazuela, añadimos el jamón serrano y lo salteamos ligeramente. Luego incorporamos la cebolla y los pimientos cortados en tiras, cocinándolos a fuego medio hasta que estén tiernos. Agregamos los ajos picados y dejamos que desprendan su aroma.

3. Añadir el tomate y el pimentón:

Pelamos y trituramos los tomates (si usamos frescos) y los incorporamos a la cazuela junto con el pimentón dulce. Dejamos cocinar unos minutos para que se integren bien los sabores.

4. Incorporar el pollo y el vino:

Devolvemos el pollo a la cazuela, añadimos el vino blanco y la hoja de laurel. Dejamos que el alcohol se evapore durante unos minutos.

5. Cocción a fuego lento:

Bajamos el fuego, tapamos la cazuela y dejamos cocinar durante unos 30-40 minutos, removiendo ocasionalmente y corrigiendo de sal si es necesario. Si la salsa queda demasiado espesa, podemos agregar un poco de caldo de pollo para darle más jugosidad.

6. Servir y disfrutar:

Cuando el pollo esté tierno y la salsa haya reducido, apagamos el fuego. Servimos caliente, acompañado de pan rústico para no dejar ni una gota de esa deliciosa salsa.

Consejos y variaciones

– Se puede sustituir el vino blanco por un chorrito de brandy para darle un toque más aromático.

– Para un sabor más intenso, algunas recetas incluyen un poco de guindilla o pimiento choricero.

– Acompañar con arroz blanco o patatas fritas puede convertir este plato en una comida aún más contundente.

Este plato, además de ser exquisito, es un viaje a la memoria, un homenaje a las abuelas que con amor y paciencia nos enseñaron el verdadero significado de la cocina casera. ¡Buen provecho!

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