A la gente de a pie nos sorprende enterarnos de este tipo de cosas, ya que muchos nos imaginamos a los miembros de las casas reales como esos seres que lo tienen todo al alcance de la mano con tan solo chasquear los dedos.
Pero, aunque sea así en gran parte, para los Royals de la Familia Real Británica existen ciertos productos que no pueden probar, además de tener que comerlo todo tras superar unos exhaustivos controles de calidad (como debe ser).
El ajo y el marisco, entre las prohibiciones para los Royals.
Suponemos que se trata del ajo crudo y solo, porque para nosotros es prácticamente imposible imaginar tener que cocinar sin un producto tan esencial. Pero para los Royals está casi en los límites de lo inaceptable, ya que su trabajo consiste en hablar a diario con mucha gente y a corta distancia, con lo que no se pueden permitir que su aliento huela a ajo. La cebolla, por motivos similares, tampoco es un ingrediente frecuente en la alimentación de esta familia.
El tema del marisco está justificado porque muchas variedades se comen prácticamente crudas, lo que es susceptible de intoxicaciones alimentarias, algo nada bien visto y que un Royal no se puede permitir tener, sobre todo cuando viaja al extranjero. Así que las ostras, la langosta, etc. son alimentos prohibidos para ellos (y prohibitivos para la mayoría). Aunque en ocasiones hemos visto a alguno de sus miembros, como el actual Rey Charles III, comer alguna ostra en un acto público.
Otro de los alimentos que no se ven en los menús reales es la pasta, aunque puede que eso cambie tras el fallecimiento de la matriarca de los Windsor. La reina era enemiga de los carbohidratos y no quería ni ver la pasta, las patatas ni el arroz, especialmente en las cenas. Se comenta la que monarca llevaba una dieta estricta y saludable, que seguramente haya tenido influencia en su longevidad. También por una cuestión de protocolo, ya que a nadie se nos puede venir a la cabeza la imagen de un miembro de la realeza comiendo pizza o espagueti con tomate.
Su sucesor, sin embargo, parece ir más allá con su alimentación y disfruta más de platos prácticamente prohibidos por su madre, como las patatas.
Otro alimento que sorprende no encontrar nunca en los menús de palacio es el foie-gras, en este caso, por prohibición del por entonces Príncipe de Gales y actual Rey Charles III. Es algo relativamente reciente, de 2008, y parece estar relacionado con la manera de prepararlo, ya que procede del hígado de pato y se consigue de manera poco ortodoxa y con gran sufrimiento animal. De hecho, la legislación británica no permite su elaboración en el país.
Fruta fuera de temporada.
La Reina era amante de los productos frescos, así que en Palacio solo se consume fruta de temporada. Las fresas (especialmente las de la zona de Balmoral), los mangos y los melocotones se encontraban entre la lista de frutas preferidas de la monarca, pero solo durante la temporada. Se comenta que incluso se enfadaba si veía alguno de estos alimentos fuera de la época natural de su producción.
La carne cruda o poco hecha, lejos de palacio.
Esta prohibición va un poco en consonancia con el tema del marisco, ya que el riesgo de tomar carne poco cocinada es mayor que si está bien hecha. La salmonella o el E. coli son más susceptibles de contraer de alimentos que no estén bien cocinados, así que los Royals no pueden arriesgarse a contraer este tipo de enfermedades.
Los chefs de los Windor han contado alguna vez que a la Reina le gustaba la carne más bien pasada, mientras que otros miembros de la familia, como el actual heredero al trono, el Príncipe William, ha reconocido no haber seguido los pasos de su abuela al respecto, ya que le gusta la carne más bien poco hecha.
¿Agua del grifo? ¡No, gracias!
Por cuestiones de higiene y salubridad, los miembros de la Casa Real británica solo consumen agua embotellada, incluso y sobre todo, cuando viajan al extranjero. En muchos de los países que visitan con frecuencia y que pertenecen a la Commonwealth, la gran parte de la población no tiene acceso a agua potable, a pesar de que las autoridades sanitarias proclamen que el agua del grifo de Gran Bretaña es una de las más saludables.
Los Royals británicos solo beben agua de la marca Hildon Natural Mineral Water, una empresa nacional con siglos de tradición que es su proveedor oficial.
Los caprichos culinarios de la Familia Real.
Ahora que la eterna Elizabeth II nos ha dejado, se van conociendo algunos pequeños detalles de su vida íntima, como su afición al chocolate negro. Según uno de los chefs de la casa real, la Reina era una auténtica adicta al chocolate. Se comenta que uno de los platos preferidos de la fallecida Reina era el venado con zanahorias, chirivías y patatas, sobre todo si eran de su adorado Palacio de Balmoral. Era un capricho que Elizabeth II se daba de vez en cuando, aunque nunca por la noche.
Mientras que ella nunca incluía pasta en su dieta y no podía ni ver el ajo, algunos de sus descendientes, como el Príncipe Harry o la Princesa Charlotte, son muy aficionados a la comida italiana. De hecho, la Princesa Catherine ha confesado alguna vez que a ella también le gusta y que, incluso, la preparan en familia.