La comida favorita de la familia real española: tradición, sencillez y buen gusto

Aunque solemos imaginar a la realeza rodeada de banquetes sofisticados y platos extravagantes, lo cierto es que la familia real española prefiere una dieta bastante sencilla, basada en la cocina mediterránea, con un fuerte apego a las tradiciones gastronómicas del país. A continuación, repasamos algunos de los alimentos y platos favoritos de sus miembros más destacados.

La reina Letizia: fanática de la alimentación saludable

La reina Letizia es conocida por su estilo de vida saludable y su preocupación por la nutrición. Sigue una dieta rica en frutas, verduras, pescado azul y legumbres, y evita los alimentos ultraprocesados. Entre sus favoritos se encuentran el gazpacho andaluz, el salmorejo cordobés y los pescados al horno, especialmente la lubina y la dorada. También se sabe que le gustan los productos ecológicos y de temporada, y que se interesa por las nuevas tendencias de alimentación sostenible.

El rey Felipe VI: gusto por la cocina tradicional

El rey Felipe VI tiene un paladar más clásico. Le encantan los platos tradicionales españoles, como el cocido madrileño, la fabada asturiana —una conexión con su madre, la reina Sofía, de origen griego pero muy aficionada a la gastronomía del norte— y la tortilla de patatas, que prefiere sin cebolla. También disfruta de los embutidos ibéricos y del buen jamón serrano, símbolos indiscutibles de la cocina española.

La princesa Leonor y la infanta Sofía: equilibrio entre lo moderno y lo tradicional

Aunque se conoce menos sobre sus preferencias personales, se sabe que Leonor y Sofía han crecido con una alimentación equilibrada y que, como muchas jóvenes de su generación, disfrutan de la comida internacional, como el sushi, la pasta y las ensaladas frescas, pero también han aprendido a valorar los sabores tradicionales españoles. La familia real fomenta una dieta variada y natural, sin excesos ni extravagancias.

Dulces con historia

Entre los postres, la familia real suele inclinarse por los clásicos. La tarta de Santiago, las natillas caseras o los churros con chocolate —especialmente durante las celebraciones o en desayunos informales— forman parte de sus momentos más dulces. En Navidad, no faltan el turrón de Jijona y los polvorones, verdaderos emblemas de la gastronomía festiva española.

Lejos del glamour de la alta cocina internacional, la familia real española demuestra que el verdadero lujo está en lo sencillo y lo auténtico. Su dieta, basada en productos frescos, recetas tradicionales y un enfoque saludable, refleja no solo sus preferencias personales, sino también un respeto profundo por la cultura culinaria del país. Un ejemplo de que comer bien no siempre significa comer caro, sino con conciencia, raíces y buen gusto.

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