Aunque el cáncer es una enfermedad multifactorial en la que influyen la genética, el ambiente y el estilo de vida, diversos estudios han identificado ciertos alimentos que podrían aumentar el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. A continuación, repasamos los principales alimentos que los expertos aconsejan consumir con moderación o evitar en una dieta preventiva.
1. Carnes procesadas

Salchichas, jamón, tocino, embutidos y otros productos cárnicos procesados han sido clasificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como carcinógenos del Grupo 1, es decir, con evidencia suficiente de que causan cáncer en humanos, especialmente cáncer colorrectal. Esto se debe a los conservantes como los nitratos y nitritos, así como a los compuestos que se forman durante el ahumado o cocción a altas temperaturas.
2. Carnes rojas en exceso

El consumo excesivo de carne roja (res, cordero, cerdo) también ha sido relacionado con un mayor riesgo de cáncer, especialmente en el colon. Aunque no se recomienda eliminarla por completo, los especialistas aconsejan limitar su consumo semanal y optar por métodos de cocción más saludables (al vapor, hervido o al horno).
3. Alimentos ultraprocesados

Los productos altamente procesados, como galletas industriales, cereales azucarados, snacks, sopas instantáneas y bebidas azucaradas, contienen ingredientes artificiales, grasas trans, aditivos y altos niveles de sal y azúcar. Varios estudios han encontrado una asociación entre el consumo elevado de estos alimentos y un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos el de mama y el colorrectal.
4. Azúcares refinados y bebidas azucaradas

El exceso de azúcar no causa cáncer directamente, pero sí puede contribuir al sobrepeso y la obesidad, que son factores de riesgo comprobados. Las bebidas azucaradas, los refrescos y los postres industriales favorecen un entorno inflamatorio y metabólicamente desfavorable en el cuerpo.
5. Alcohol

El alcohol es un carcinógeno reconocido, incluso en cantidades moderadas. Se ha vinculado con mayor riesgo de cáncer de mama, hígado, esófago, colon y cavidad oral. La recomendación médica más segura es reducir al mínimo el consumo o evitarlo del todo.
6. Alimentos fritos o cocinados a altas temperaturas

Cuando ciertos alimentos ricos en almidón (como las papas) se cocinan a altas temperaturas, especialmente al freírlos, se forma acrilamida, una sustancia química que ha mostrado efectos cancerígenos en estudios con animales. Aunque la evidencia en humanos aún está en evaluación, se recomienda evitar los fritos frecuentes y optar por cocciones suaves.
7. Productos con moho (aflatoxinas)

Cereales, frutos secos y granos almacenados en malas condiciones pueden desarrollar aflatoxinas, toxinas naturales producidas por ciertos hongos, que están claramente relacionadas con el cáncer de hígado. Es fundamental conservar adecuadamente estos alimentos y desechar cualquier producto con signos de moho.

No existe un alimento único que por sí solo cause cáncer, pero sí hay patrones dietéticos que pueden aumentar o disminuir el riesgo. La clave está en mantener una alimentación equilibrada, basada en alimentos frescos, ricos en fibra, frutas, verduras y cereales integrales, además de reducir el consumo de productos procesados y sustancias nocivas como el alcohol y el azúcar en exceso. La prevención empieza en el plato.